En el antiguo Paseo de la Manigua, actual calle de Andrés Saborit, se encuentran los jardines de la Manigua, en una vía urbana que no existió hasta que se construyeron los pisos llamados de igual manera, y que tomaban el nombre de la zona que ocupaban unos terrenos cubiertos de maleza junto a las murallas que cerraban la ciudad por el oeste.
Aquellas viviendas, como las de otros barrios alcalaínos, se construyeron fuera del casco histórico a partir de los años sesenta para alojar a la ingente cantidad de trabajadores que llegaron a la ciudad con sus familias para ganarse la vida en las grandes industrias que se instalaron en el municipio (Roca Radiadores, Cointra, etc.). Eran las típicas viviendas obreras, poco planificadas y mal equipadas que se levantaron a toda prisa para atender la elevada demanda.
En la acera opuesta a las viviendas y al pie de la muralla, se encuentra la zona ajardinada, y en ella el primer tramo de tres del Museo de Esculturas de Arte Contemporáneo al Aire Libre, una zona de césped con fuente pública, bancos y aceras sombreada por la fronda de numerosos árboles que jalonan la calle desde la Puerta de Madrid hasta la Vía Complutense, por la que se puede pasear mientras admiramos la monumental puerta, un lienzo de la muralla del s. XIV y varios torreones de planta rectangular de los 16 que quedan, dos de ellos excepciones del conjunto; por un lado la torre número VIII que es de planta semicircular, y por otro los restos del zócalo de la que fue torre albarrana de planta pentagonal y exenta. Y junto a ellas nueve de las 57 esculturas de arte contemporáneo de que consta este museo al aire libre, agrupadas en diferentes estilos y técnicas, que van desde el arte figurativo, cubismo o conceptualismo hasta el abstracto. En este tramo concretamente encontraremos obras de reconocidos artistas como Eduardo Úrculo.
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