LUGARES DE INTERÉS QUE HAY QUE VISITAR EN LA CALLE MAYOR
(Parte I)
La calle Mayor de Alcalá de Henares, como ya conté en la anterior publicación, tiene su origen en la aljama medieval.
La historia la convirtió en la calle Mayor de la Ciudad de las Tres Culturas (s. XII), de la Ciudad del Saber de Cisneros (s. XIV) y de la ciudad del Siglo de Oro de Cervantes (s. XVI-XVII).
Este historial tan sobresaliente generó un riquísimo patrimonio que en conjunto le valió su declaración como Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Geográficamente la calle Mayor une de este a oeste dos plazas muy importantes de Alcalá que ostentan nombres de peso en su historia, la plaza de Cervantes y la plaza de los Santos Niños respectivamente, y de norte a sur se comunica mediante calles que fueron callejones medievales con la calle de Santiago y con la de Escritorios, dos vías que discurren paralelas a ella.
Es la calle soportalada a ambos lados más larga de España, con 396 metros, y segunda de Europa tras la de Bolonia.
En los ocho metros de anchura que tiene hay espacio para todo, y bien engalanada ha sido y es escenario de festejos, desfiles, procesiones, cabalgatas, etc. Sus fotogénicos soportales, siempre ajetreados, son un lugar de encuentro al que acuden los alcalaínos para trabajar, hacer gestiones o comprar los días laborables, y encontrarse para pasear y disfrutar los días festivos.
A su resguardo multitud de modernos escaparates quedan ocultos una vez al año con los puestos del mercado del Siglo de Oro. De los 343 pilares y columnas que los sustentan, hay que decir que no están todos los que fueron. En el Plan de Urbanismo de 1848 el Ayuntamiento acordó que debían eliminarse todos los soportales que estuvieran fuera de la plaza de Cervantes y la calle Mayor, lo que supuso la desaparición de los que había en los lados norte y oeste de la plaza de los Santos Niños, los de la calle de San Felipe Neri y los de la calle de San Juan, sólo se libró el de la plaza de Santa María la Rica, que produce extrañeza verlo tan aislado.
Dos tipos de apoyos sujetan los soportales: los más antiguos que son columnas que proceden, la mayoría, de la cantera en que se convirtió la abandonada ciudad romana de Complutum y que sustituyeron a los pies derechos de madera que habían colocado los judíos que los construyeron.
Y los pilares cuadrados de piedra que las sustituyeron en el s. XIX en una reforma que pretendía imprimir algo de modernidad a la vetusta calle Mayor. Quedaron algunas de las antiguas columnas que cumplían con la nueva normativa y son inconfundibles. Mayormente de orden toscano, aunque hay alguna con volutas corintias, e incluso con restos de pintura, que salieron a la luz en 1987 cuando se reformó la calle, con decoraciones vegetales en los capiteles, una vieja tradición complutense que acostumbraba a pintar y decorar las columnas de su calle principal por donde discurrían las procesiones religiosas, especialmente la del jueves de Corpus Christi.
En esta calle nacieron, tuvieron casa o vivieron Santo Tomás de Villanueva, San Ignacio de Loyola, los Cervantes, y muy cerca de éstos Manuel Azaña. La lista de personajes ilustres, monarcas, profesores, médicos, santos, escritores, políticos, militares, y mucha plebe sin lustre es muy extensa.
Gracias a su presencia confluyen en esta arteria varios edificios de gran interés.

Empezando por el extremo que linda con la plaza de Cervantes. En el nº1, a la izquierda, encontramos la casa donde vivió Tomás García Martínez o Tomás de Villanueva -de los Infantes- (1486-1555) donde había transcurrido la niñez y juventud del primero de los santos que saldrían de las aulas de la Universidad Cisneriana y de donde tomó su apellido al entrar en religión.
El que sería llamado «arzobispo de los pobres» llegó a Alcalá en plena adolescencia (1501 o 1502) y como estudiante tuvo que residir por su cuenta en alojamientos particulares como pupilo o en casas de estudiantes, lugares que ya estaban surgiendo en la recién fundada ciudad universitaria. Fue en estos años en los que debió de habitar estas casas mientras estudiaba Gramática, Retórica y Dialéctica en el desaparecido convento de San Francisco en la plaza de San Diego y hasta que ingresó becado en el Colegio Mayor de San Ildefonso en 1508.
Fue el primero que empezando como colegial llegó a ser catedrático de la institución. Esta casa fue demolida en 1859 y reconstruida en 1864. La lápida que recuerda en la fachada a Santo Tomás de Villanueva fue colocada en 1986 para celebrar el quinto centenario de su nacimiento.

A continuación, a la derecha, otro recuerdo de la aljama complutense. A parte de los adarves y corrales mencionados en la anterior publicación, hay que visitar el Corral de la Compaña, de la Compañía o de la Campana que comunica la calle Mayor con la de Santiago y también tuvo salida a la calle de las Carnicerías, hoy de Cervantes.
El nombre de Compaña, que según la RAE define como «conjunto de criados», puede deberse a que en este corral vivieron los criados de las familias distinguidas que habitaban las casas señoriales de la calle Santiago levantadas desde el XVII al XIX. Es uno más de los treinta y tres que existieron en esta calle y actualmente es un lugar muy frecuentado por visitantes y alcalaínos por sus terrazas y locales de restauración.
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